lunes, 5 de noviembre de 2018

¡Quiero!



sabes lo que quieres y sabes lo que NO quieres



Quiero un alma grande, un alma viva
Quiero un alma que sonría
Quiero un alma fuerte junto a la mía
 Y cuando una desfallezca, la otra sirva de guía

Quiero un alma que se emocione sin miedo, sin rubor, sin medida

Quiero un alma noble, donde mi confianza se sienta segura y protegida
Quiero un alma coherente, donde no exista contradicción 
entre acciones, palabras y mentiras

Quiero un alma sin temores, que mire de frente a la vida
Quiero un alma grande, orgullo del que la habita
Quiero un alma creativa, que me enamore con sus tonterías

Quiero un alma de empatía 
que entienda mis temblores y comprenda mis caídas
Quiero un alma tierna, cariñosa, que abrace y mime mi alma de niña
Quiero un alma que se reinvente para enamorarme
 y así… día tras día

Quiero un alma generosa, que derroche amor a raudales, con demasía
Quiero un alma loca, que pierda la cabeza…
cuando me mira
Quiero un alma apasionada, que me haga el amor…
como si se le fuera la vida

Quiero un alma de fuego, que incendie mi corazón con su energía
Quiero un alma pura, que me mire a los ojos limpia y cristalina
Quiero un alma sincera, que no me hiera con mentiras


Quiero un alma sensible, que se quiebre si precisa
Quiero un alma cálida, que me envuelva y me derrita
Quiero un alma valiente, que no tema a la derrota
y me busque en su agonía

Quiero un alma comprensiva, que me reconforte si me caigo
y, ahí en lo más hondo, se tienda a mi lado 
haciéndome compañía

Que luche por mí sin tregua, sin descanso, sin medida
Que enjuague mis lágrimas y dibuje mis sonrisas
y ante su figura 
mis zozobras e incertidumbres corran despavoridas

Quiero un alma libre de miedos, armaduras y mochilas
Quiero un alma serena, que vuelva mis tempestades armonía
Quiero un alma madura, que valore lo importante 
y no conozca el odio, la bajeza, ni la cobardía

Que no deje pasar la vida sin disfrutarla
sin saborearla 
sin sentirla
sin  vivirla

Quiero un alma de Principito 
y ser su rosa
Y que pase el tiempo...
un día y otro día

Que camine de mi mano por la Luna
Y subir a las nubes
Y volar sin alas
Y tocar el cielo pisando el suelo

Y en malos tiempos, quiero trocarnos en muralla,
sólida e inexpugnable donde los huracanes amainen
sin aliento, sin vida

Quiero un alma que se derrita con mirarme
Y en su mirada me deshaga rendida

Quiero que, al cerrar los ojos, 
me sueñe
Y al abrirlos...
Un “Te quiero” signifique
un eterno sueño de vida

Esa es el alma que quiero cada día
con los ojos abiertos
y noche tras noche, dormida

Yo,  a cambio
¡le entregaré, sin condiciones, la mía!

No, no quiero un cuerpo sin alma 
para fundirme en una farsa y perder mi alegría.

Y… 

Si  en mi camino, de éstas, ya no quedasen almas….
Caminaré firme y satisfecha sin compañía
No quiero ni querré nada
Porque mi alma no está en venta
Y cualquier cosa no acompañará mi vida.



Querido amigo, poco más que decirte.

Si has leído con atención,  desde el principio al fin, si has comprendido toda la potencia de su significado, si te has sentido identificado en cada uno de los “Quiero”…. sobran las palabras…

Hoy me voy tranquila porque sé que no te conformas con cualquier cosa,  porque sé que sabes lo que quieres y sabes mejor aún lo que NO quieres y en este punto sólo tú eres el Capitán de tus sueños.

No tengo la menor duda de que izarás las velas de tu nave aprovechando los mejores vientos, ajustarás el rumbo correcto y navegarás con ilusión por el camino del éxito.

¡Feliz travesía!


Esther de Paz

Si te gusta mi blog, te invito a suscribirte y no perderte ninguna de nuestras apasionantes charlas.
¡Me encantaría contar con tu compañía en cada café! ¿Me acompañas?
(Desde tu dispositivo móvil podrás hacerlo si bajas hasta el final de la página y eliges "ver versión web")
¡Gracias por estar aquí!

lunes, 19 de marzo de 2018

La lluvia...



pasión, amor, deseo, sensaciones, emociones, la lluvia



Tras los cristales la lluvia caía torrencialmente mientras la chimenea crepitaba.
Desde el sofá, bajo una manta, contemplaba la tarde escuchando el sonido del agua golpeando la ventana, imparable, rítmico, al compás de su propia melodía, ajeno a todo lo existente a su alrededor.

Cerró los ojos y sintió cómo sus dedos acariciaban con ternura su piel deslizándose sinuosa y dulcemente hacia un destino incierto, ansiado, desconocido. Percibía su inconfundible aroma. Inspiró profundo.  ¡Cuánto le gustaba su olor!

Sintió su boca junto a su boca. Labios con labios, lengua con lengua, comenzaron casi con timidez a descubrirse. Despacio, sin prisa, lentamente exploraban texturas, sabores, en un juego perfectamente acompasado intercambiando cómplices fluidos de amor. 

Todos los sentidos despiertos...

Y se dejó llevar sin resistencia, abandonándose en un mar de emociones de esas… que erizan la piel. Secretos de amor, tensiones de pasión, caricias compartidas, miradas que se hablan sin necesidad de palabras....

¡De nuevo era feliz!

Y quiso detener el tiempo...

Porque ella y sólo ella, después de años, hizo posible vivir de nuevo un instante a su lado.
Como si fuese cierto, como si fuera real...
La lluvia...




Esther de Paz


Si te gusta mi blog, te invito a suscribirte.
¡Me encantaría contar con tu compañía en cada café! ¿Me acompañas?
(Desde tu dispositivo móvil podrás hacerlo si bajas hasta el final de la página y eliges "ver versión web" en la parte derecha encontrarás un espacio para suscribirte con tu email)