Un
problema
Dos
problemas
Tres
problemas
Y
otro más
Y
otro…
La
lucha no ceja
Y
el guerrero se resiente
Heridas
sin cerrar se abren de nuevo
Duelen
y desgarran la alegría
El
cansancio gana
El
desaliento llega
Necesitas
refuerzos
Buscas
consuelo
Pides
ayuda
Y
no existe hombro donde reposar para tomar aliento.
“Si
me necesitas estoy, no lo dudes”
Palabras
vacías
Corazón sin consuelo
Cae
la tarde...
Y
con ella tu anhelo
Cosas que pasan, cosas que pesan...
Grito
de Auxilio
Llamada sin respuesta
No
hay bálsamo para tanta herida
Anhelo
de consuelo
Sin embargo….
Sólo
estás tú y tu tristeza
Cosas que pasan, cosas que pesan
Y la vida sigue...
Y te sientes solo aun rodeado de gente...
Y te escondes
Y
en tu refugio, donde te sabes a salvo
Tu
mirada se pierde a lo lejos
Contemplando,
pero sin ver, el cielo.
Cosas
que pasan, cosas que pesan...
Las
nubes transitan, reparas en ellas
donde
te gustaría subir y quedarte
porque están en tus sueños.
Y las
imaginas tu sitio, tu casa, tu lecho
esas
en las que vuelas cuando la ilusión te embriaga
y tus ojos brillan iluminando el cielo.
Pero…
Hoy
no es ese día
Cosas
que pasan, cosas que pesan
Y
retornas a las nubes
Donde
te sientes pleno,
Desbordante
de energía
Y contemplas el mundo
Y
sueñas y sientes y te emocionas
¡Es
tanto lo que tienes dentro!
Tanto
para dar y compartir...
¡tanto!...
Que
no puedes guardarlo porque no cabe,
Lo
sacas o estallas por dentro
De
tanto sentir...
Y sintiendo lloras para vaciarte, para aliviar la presión
Eres
una olla exprés sometida a la máxima intensidad del fuego
que desprende tu alma
Así
lo sientes
¡Pasión
por vivir!
Por
emocionarte con una gota de rocío al amanecer
Con la luz del día cuando llueve al caer el sol
Con
el mar mecido por la luna llena
Pero…
No
perteneces al mundo
Eso sientes
Cosas que pasan, cosas que pesan
Está
lloviendo en tu alma y no hay paraguas ni techo bajo el que cobijarte, solo
notas frío, humedad y te abrazas….
Momentos
terribles de tristeza y soledad… sé cómo te sientes, pero igualmente sé que a
veces son necesarios y tú lo sabes también, pero por un ratito apenas… nada de
quedarse a vivir en ellos, eso está terminantemente prohibido amigo mío.
Sí,
sé que cuando se acumulan los problemas, las fuerzas te abandonan y la ilusión
está en busca y captura, tú como ser humano que eres, con alma, corazón y
vida, sientes que ya no puedes más.
En
esos momentos tan duros, por tu cabeza pasan los peores pensamientos… esos que
saben de tu debilidad puntual y se aprovechan para atacar con toda su
artillería.
Son pensamientos COBARDES,
que no te pertenecen,
pero están al acecho como aves carroñeras, esperando tu agonía para atacar.
Piensa
por un momento qué harías si te encontraras en medio de un páramo, tendido en
el suelo, herido y sobre tu cabeza comenzara a revolotear en círculos una
bandada de buitres, cada vez más cerca, más numerosa, volando más bajo…
¿Te
quedarías quieto, sin luchar? ¿Dejarías
que te atacasen sin ofrecer la más mínima resistencia? ¿Permitirías que sus
garras y sus picos comenzasen a despedazarte?
Sí,
soy consciente de que suena tremendo, pero ¡quiero que te des cuenta!
Quiero
que cuando estés en esos momentos de flaqueza, donde parece que ya nada
importa, recuerdes a los buitres, porque así son tus pensamientos, cobardes y
carroñeros y hagas con ellos lo que harías con cualquier buitre que se
atreviera a atacarte, lanzarle una patada con todas tus fuerzas, arrojarle
tierra en los ojos, revolverte, entrar en acción para que vea ¡que no estás
muerto!
Estás
VIVO y muy vivo, y esos pensamientos carroñeros, en cuanto se lo muestres, saldrán
corriendo para no molestarte más.
Como
te decía, estar triste es bueno de vez en cuando, tienes derecho a ello y te
ayuda a pensar, a colocar cada cosa y a cada persona en su sitio, establecer
prioridades, recomponer tu escala de valores si se había trastocado y liberar
tensión para coger fuerzas y continuar con decisión y firmeza tu camino hacia
la felicidad.
Llora
si tienes que hacerlo, no te preocupes por la ilusión, es traviesa y a veces le
gusta esconderse, pero está ahí, no te abandonará nunca si tú no le permites
hacerlo.
Cosas
que pasan, cosas que pesan, pero cosas…. que te hacen grande, fuerte y sabio,
no serías quien eres sin ellas….
Un guerrero no es aclamado en
su victoria si no se ha dejado la piel en la batalla.
Es
el momento de elegir, ¿Qué decides? ¡Ser guerrero!
¿O
pasto de los buitres?
Esther de Paz
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