Disfruto
tanto compartiendo contigo charlas, reflexiones, hablando de lo que nos
preocupa, de lo que nos impulsa, de lo bonita que es la vida, en definitiva de
nuestras emociones, créeme, para mí es un regalo.
Teniendo
en cuenta en las fechas en las que estamos te propongo que en nuestra charla de hoy hablemos precisamente de
eso, de regalos.
Por la cara que pones parece que te gusta la idea, porque tu cerebro hierve cuando escucha la palabra “regalo” ¿verdad? tanto pensar y pensar… ¿qué voy a hacer este año con los regalos?, ¿qué compro?, no se me ocurre nada, debería ser original, distinto, no convencional, sorpresivo, impactante, se me debería ocurrir algo espectacular que no se olvide jamás, nada de ir a lo fácil, colonias, ropa, pañuelos, algo para la casa, no, eso no es original, ¡quiero sorprender! pero… ufff, todo está carísimo, necesito un gran presupuesto, mi pareja, mis hijos, mi familia y mis amigos se merecen algo grande. ¡Qué complicado!
Y
necesitas ideas…
Verás,
tengo que confesarte que, hace ya unos años, la Navidad para mí no es el
mejor momento del año. Cuando era niña ¡me encantaba! Era todo magia, las
luces, la nieve, la decoración de las calles, los establecimientos, toda la
ciudad se vestía de Navidad, hasta las personas, porque las veías sonreír más
de lo habitual, desearse Feliz navidad, escribir postales a la familia y amigos
que estaban lejanos, recibirlas a su vez, ¡qué ilusión! Todo se llenaba de
mensajes de AMOR, PAZ y SOLIDARIDAD.
Todo
eso acompañado de la emoción de escribir la carta a los Reyes, ir a la
cabalgata, poner agua y comida para los camellos la noche en que esperabas
su visita y querer esperarles despierta, ¡como fuera! para verlos entrar por
la ventana.
Eso,
claramente, nunca ocurría, pero al abrir los ojos por la mañana, saltaba de un
brinco de la cama para ir corriendo a abrir mis deseados regalos. ¡Todo era
magia! Y como niña que era, no veía más allá de eso.
Después…
al pasar los años…. La realidad se transforma y esa Magia… se diluye y pierde
fuerza ante la realidad...
¿Cuál
es la realidad?
La
realidad se resume en esa frase tan manida que todos conocemos “La Navidad la ha inventado el Corte Inglés”.
La
realidad es que son fechas en que todos nos ponemos el traje de “sonrisa” de “buenas
personas” de “amor”, de “paz”, de “ilusión”, de “ganas de celebraciones” con los
amigos, con la familia…. Pero no deja de ser eso… nada más que un traje. Cómo
diría Serrat “vestidos para la ocasión”.
La
realidad es que son fechas de consumo masivo.
La
realidad es que, aún en tiempos de crisis, nos gastamos lo que no tenemos en
regalos que no se necesitan.
La
realidad es que ese traje de amor, paz y felicidad es efímero, pasado Reyes
todo vuelve a la normalidad y muchos de esos regalos se quedan olvidados en un
cajón junto con el amor, la paz y la ilusión.
A
mí me gustaría que nos vistiéramos de verdad para la ocasión, que nos colocásemos
ese traje especial… ¡pero para todo el año!, que
no nos lo quitásemos nunca, ni para dormir. Me encantaría que durante 365 días
el espíritu de la Navidad no nos abandonase.
Te
propongo que este año lo hagamos, que nos vistamos para la ocasión desde hoy y hasta
la próxima Navidad, que inundemos de AMOR, PAZ, FELICIDAD e ILUSIÓN nuestra
vida, la de nuestra familia y amigos y que no sea un traje efímero sino perpetuo,
porque si te miras al espejo verás que te favorece, que estás radiante y que es
el momento de irradiar, de contagiar esa luz especial con la que te acabas de
vestir y ya no vas a apagar jamás.
¿Qué
por dónde empiezas?
¿Qué
te parece si empiezas precisamente por los regalos?
Ese
era nuestro tema de hoy ¿no?, ¿pensabas que me había desviado? ¡Ni mucho
menos!
El
tema es que este año vas a desnudarte de frivolidad y vestirte eternamente de
auténtica Navidad y en lo primero que vas a diferenciarte y ser especial es en
los regalos, porque vas a regalar FELICIDAD.
Olvídate
de altos presupuestos económicos, existen cosas mucho más bonitas, más
deseadas, más ansiadas, más valoradas y no se compran en el Corte Inglés.
Tus
seres queridos te dan pistas constantemente de esas cosas, a veces ni ellos
mismos son conscientes pero van dejando miguitas que si sabes leerlas, si pones
interés, si las sigues… te guiarán por el camino correcto de sus deseos más
añorados.
Sigue las pistas, busca, piensa, pon tu cerebro a toda máquina. Si lo piensas bien,
si observas, si escuchas lo que te cuentan “entre líneas” seguro que
descubrirás algo ansiado por esa persona que no es material, algo que le haría
feliz si tú pudieras regalárselo, algo
de lo que ¡no se olvidará jamás!
Quizás
un poco de tu tiempo,
Quizás compartir contigo un proyecto,
Quizás una flor en un momento inesperado,
Quizás darle una oportunidad,
Quizás una sonrisa llena de comprensión en uno de sus días malos,
Quizás pedirle perdón,
Quizás un abrazo reconfortante,
Quizás un paseo descalzos por la playa a la luz de la Luna,
Quizás una carta de amor,
Quizás un juguete hecho con tus manos,
Quizás vestirte de "minion",
Quizás una carrera de obstáculos en patinete,
Quizás adoptar uno de tantos animales abandonados y brindarle un hogar,
Quizás preparar una cena especial, música de fondo y dos velas tenues como única iluminación,
Quizás aquello que te piden de continuo y tú omites de forma habitual,
Quizás…. ¡Tantas cosas!
Quizás compartir contigo un proyecto,
Quizás una flor en un momento inesperado,
Quizás darle una oportunidad,
Quizás una sonrisa llena de comprensión en uno de sus días malos,
Quizás pedirle perdón,
Quizás un abrazo reconfortante,
Quizás un paseo descalzos por la playa a la luz de la Luna,
Quizás una carta de amor,
Quizás un juguete hecho con tus manos,
Quizás vestirte de "minion",
Quizás una carrera de obstáculos en patinete,
Quizás adoptar uno de tantos animales abandonados y brindarle un hogar,
Quizás preparar una cena especial, música de fondo y dos velas tenues como única iluminación,
Quizás aquello que te piden de continuo y tú omites de forma habitual,
Quizás…. ¡Tantas cosas!
Olvida
los centros comerciales, olvida las páginas de internet, olvida los catálogos
que desbordan tu buzón en estas fechas, olvida tu presupuesto, olvídalo todo y
piensa…. ¡Piensa
cómo regalar FELICIDAD!
Sólo
tienes que abrir el corazón y escuchar a través de él…..
¿Sabes...?
¡Comienza a gustarme la Navidad!
Esther de Paz
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