Por norma general
los lunes son días que no gozan de muy buena fama. Existe una leyenda negra que
los envuelve y nunca nos hemos parado a pensar si es cierta, si tiene
fundamento o de lo contrario llevamos años convencidos, arrastrados y
confundidos por algo sobre lo que ni si quiera hemos hecho una pequeña
reflexión.
¿Y si resulta que
estamos equivocados?
¿Y si durante años
llevamos arrastrando un tremendo error?
Vamos a pensar…..
Sumido en un
profundo y apacible sueño oyes un sonido que te alerta, el temible despertador,
se acabó el descanso, hora de levantarse y ponerse en marcha.
- Uffff que pereza,
¡encima lunes! Odio los lunes, ¡¡no puedo con ellos!!
Y así, sin darte
cuenta y casi sin abrir los ojos, comienzas
a enviar mensajes negativos a tu cerebro.
Tus neuronas se
ponen en guardia y sacan toda la artillería porque el mensaje que les llega es nefasto.
Empiezas a
visualizar la situación y continúas negativizando.
- ¡Lunes! Se me va
a hacer eterno, no quiero que sea lunes, ¿por qué no es viernes?, me encantan
los viernes, me levanto feliz y con energía, ¡sonriente!, pero los lunes……. ¡Es que no puedo con mi vida!
Y poco a poco
entras en una espiral de la que ya no sabes salir porque todo, absolutamente todo está en manos del cerebro, los pensamientos negativos producen señales
nocivas para el cuerpo, las neuronas se van comunicando entre ellas, transmiten
el mensaje a los músculos y sientes que no te responden.
Estás sumido en una
profunda falta de interés, de motivación de ilusión. No sonríes. No tienes
fuerzas y aunque la ducha te estimula, no es suficiente porque tu cerebro tiene
el poder y lo curioso es que ese poder
se lo has dado tú.
Sigamos pensando…..
Retrocedemos al
punto de partida.
Suena el
despertador y, aunque es cierto que cuesta salir de ese agradable estado de
confort y descanso, tu mente se activa incluso sin abrir los ojos, tus
neuronas ya están desperezadas, preparadas para recibir mensajes y comunicarse
con el resto del cuerpo, entonces ¡es el momento!
Es el momento de ver que cada lunes se abre un mundo entero de posibilidades, es el momento de valorar
las oportunidades que comienzan con él.
Piensa en tu trabajo,
sí, en todos esos “marrones” que tienes, en cómo vas a abordarlos y en que cada
uno de ellos es un oportunidad de logro, de superación, de satisfacción
personal, de motivación.
Piensa en todos los
que ya has superado, cómo te sentías ante ellos, cómo los abordaste y cómo se
convirtieron en resultados.
Son unos cuantos ¿verdad?
Te sientes
orgulloso al recordarlos ¿no es cierto?
De repente estás
sonriendo aún sin abrir los ojos. Parece que el despertador ya no es un vecino
insoportable, sino un amigo que te llama a la acción, que te recuerda que el día te
espera con ansia porque te necesita. Necesita tu presencia, firme, segura,
potente, esa figura de alguien que se valora, que sabe que aún en las peores
circunstancias ha sabido manejarse en la tormenta, esa persona que aún yendo a
territorio hostil sabe que es un profesional,
que no le importa lo difícil que sea el día, frustrante a veces, pero como
inteligente que es, sabe que no siempre las cosas salen bien, que no siempre
todo es bonito y fácil, porque si lo fuera …. no tendría valor, no tendría
mérito y además lo haría cualquiera.
Sí, amigo, sé que
las cosas no son fáciles, nada de lo que merece la pena lo es.
Sé que en muchas
empresas no existen las personas (leer más) sé que es posible que no valoren
tu talento, sé que hay ocasiones en que intentan hundirte, que te ponen a
prueba, que te topas con muros que parecen insalvables, que te cansas, que te
agotas, que te dan ganas de tirar la toalla, que lo que ves a tu alrededor son
vendedores de humo que insultan tu inteligencia, que no cuentan contigo, que intentan apartarte con
argumentos vacíos, que ves progresar a quien no tiene más mérito que el de la
mediocridad.
Quizás tu empresa sea de esas que difunde a los cuatro vientos
¡el principal activo de una empresa son las personas! pero de puertas a dentro la realidad es
otra, y ves, vives cada día como las personas no cuentan, como esa filosofía es
menos que papel mojado, porque te presionan sin límites, te coaccionan
para que alargues tu jornada de forma gratuita, porque no les importa cómo te
sientes, tus problemas, tu ingeniería financiera para llegar a final de mes,
tus emociones, tu vida, tus responsabilidades y obligaciones fuera de la empresa. Te exprimen bajo ese arrojo y valentía basado en la política del miedo, porque hay demasiada gente buscando
empleo.
Y cómo lo lunes no gozan de buena fama te has acostumbrado a pensar todo eso.
Error de base, costumbre mal adquirida por dejarte llevar por la leyenda. ¿Te das cuenta de la confusión?
¿No te ves? Ahí estás tú, a
pesar de todo, demostrando cada día tu talento, tus logros, tu
iniciativa, tu tesón, ¡tus resultados!
Dime, ¿alguien
puede quitártelos?
¡No! no pueden
porque son hechos, resultados que están ahí, demostrables, visibles y
tangibles. Y eso lo has hecho TÚ.
Porque un profesional lo es y lo
demuestra. Y tú lo eres porque está en tu ADN, porque tus neuronas se activan
con ello, se sienten tan bien que quieren más y cuando acaba
el día saben que han estado perfectamente dirigidas.
Los lunes son esos
días dónde comienzas un nuevo periodo de oportunidades, de sorpresas, de
enseñanzas, de mejora, de conquista de nuevas metas, otros 5 días por delante para gestionar y demostrar tus
capacidades.
¿A quién? ¡¡A ti mismo!! ¿Te
parece poco?
Porque cuando eres capaz de demostrarte eso a ti mismo ya tienes
ganado el respeto y la admiración de los demás.
Es fantástico
contarle todo eso a tus neuronas, hacerlas saltar, que suelten chispas, que
comuniquen energía a tus músculos, que activen tu cerebro, que todas su
emociones se potencien y recorran tu cuerpo. Ese que ya está en la ducha,
sonriendo y deseando salir a la calle ¡a comerse el mundo!
Vamos, ¿te vas a
perder un solo minuto de satisfacción personal?
¡Ni de broma!
Te has ganado el
respeto del mundo y por eso cada lunes decides cómo quieres comenzar.
Bajo el chorro de agua te sientes fuerte, sonríes y
piensas….
Otra vez lunes, ¡Perfecto!
Y si alguna vez
tienes dudas, por favor, vuelve a leer este post.
Esther de Paz
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