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lunes, 7 de septiembre de 2015

¿Vas a subcontratar tu esencia?









Todos conocemos la tendencia de las empresas,  establecida hace ya algunas décadas, de “externalizar” servicios.

Esta modalidad conocida en el sector empresarial como outsourcing consiste en encargar parte de la organización de una compañía a un tercero especializado en las labores que se quieran subcontratar.

Comenzó allá por los años 70. Resultaba más efectivo y económico contratar a un experto externo, que tener que mantener y desarrollar un departamento internamente.

El modelo está basado en el ahorro de costes y la liberación de carga laboral al personal interno, que le permitirá concentrarse de lleno en las tareas de negocio, por lo que se ahorra tiempo y esfuerzo personal en tareas que son consideradas menores o de menor valor añadido.

Bajo esta premisa y teniendo en cuenta que el personal interno supone un coste fijo y más alto para la empresa, parece lógico pensar que si se “subcontratan” servicios liberaremos recursos propios para dedicarlos a tareas de mayor valor añadido y por tanto más productivas para la compañía.

La cuestión es que este modelo de negocio está siendo implementado por la mayoría de las empresas y no sólo para tareas de “poco” valor añadido sino ampliado a tareas que requieren mayor especialización, procesos más nucleares de la compañía.

¿Estaremos perdiendo el norte?

La externalización está de moda querido empresario, sin embargo, como todas las modas, no a todo el mundo le sientan bien.

El modelo tiene ventajas, por supuesto, pero también inconvenientes y éstos últimos aumentan a medida que las tareas que se externalizan requieren mayor nivel de especialización en la actividad principal de la compañía.

Repasemos las ventajas:
  • Reducción de costes
  • En las tareas y servicios transversales resulta más efectivo y económico contratar a un experto externo, que tener que mantener y desarrollar un departamento interno. 
  • Conversión de costes fijos en costes variables 
  • Especialización de los proveedores (en servicios dónde tú no lo eres) 
  • Permite a la empresa progresar y concentrar sus recursos en la actividad principal de su negocio. 
  • Flexibilidad (es más fácil cambiar un socio de negocio que reformar una estructura empresarial de integración vertical).        

Aparentemente no hay ninguna duda para lanzarse de cabeza al outsourcing.

Sin embargo si lo que vas a externalizar requiere un mayor nivel de especialización en la actividad principal de tu empresa…. hay algunas cosas que debes saber, analizar y tener en cuenta antes de decidirte.

 No todo es ahorro de coste

Cuando se habla de ahorro de costes no se tienen en cuenta los costes “ocultos” inherentes al tiempo que los empleados de plantilla de la empresa (más caros) dedican a cubrir las deficiencias derivadas de la falta de especialización, experiencia y conocimiento de los operadores externos, en ocasiones hasta tienen que suplir parte de su trabajo.

Los recursos que has liberado para aumentar la productividad y eficiencia de tu empresa se están destinando a subsanar las deficiencias de un servicio que ya estás pagando a un externo. Improductivo y caro.

Requiere de potentes herramientas de control

Coste alto de inversión  si deseas establecer  controles  útiles, eficaces y que permitan medir los resultados de la colaboración y la toma de decisiones de forma inmediata, lo contrario restará tu capacidad de reacción.

Si no dispones de esas herramientas el escenario será que tus empleados, lejos de estar potenciando y desarrollando el negocio, dediquen un elevado porcentaje de su tiempo a cumplimentar y analizar hojas Excel para poder controlar la actividad del proveedor. Improductivo y caro. 
  
Mayor inversión en seguridad informática

Control y protección de datos “sensibles” para tu negocio. El acceso (o potencial acceso) a tu información corporativa y su manejo con sistemas ubicados en instalaciones externas.

La seguridad de dicha información dependerá de las medidas de seguridad que haya implantado el proveedor. Existiendo un riesgo potencial de que se produzcan fugas de información.

Elevación del tiempo efectivo en el desarrollo global de un proceso para su ejecución

Aumento de intervinientes en el mismo. Lo que puede suponer una pérdida de calidad.

Mayor dificultad en la trazabilidad de las operaciones. 

Disminución de la calidad de tus servicios y de atención al cliente 

Incidencias operativas: 

Existe una alta rotación de empleados en las empresas de outsourcing, lo que revierte en menor especialización y mayor índice de incidencias operativas. 

Servicio al cliente:
En el servicio al cliente se pierde la comunicación directa con el consumidor, lo cual puede provocar a su malestar al no entenderse de manera directa con la empresa como tal.

Percepción del cliente negativa en cuanto a la marca.

No fideliza al cliente al tratarse de un servicio que impacta directamente en la calidad percibida por éste.

Incremento del riesgo operacional

Exige un buen análisis y medidas de contingencia.


Pérdida del conocimiento experto en la Empresa: Know-how en manos del proveedor

Concentración del conocimiento en determinadas personas, provocando una fuerte dependencia de la Compañía hacia las mismas.

En el manejo de la información la empresa externa puede llegar a sacar ventaja. No sólo en la posibilidad de venderla a la competencia, sino que también posee el know how.

¿Flexibilidad o dependencia?

Si la empresa de outsourcing termina el contrato de manera unilateral, te encontrarás de forma repentina sin servicio. 
Esto supone tener que contratar una nueva empresa, formación, adecuación de instalaciones, etc.

Implica pérdida de dinero, recursos y calidad del servicio prestado a los consumidores finales. 

Según qué servicios, este es un riesgo enorme que puede poner en riesgo la viabilidad de la empresa al no tener la capacidad para “reconstruirlo". 

Conclusión:

El outsourcing debe aportar valor, es tan importante saber qué se subcontrata como la manera de hacerlo, además, y no menos importante, con quién (leer más).

Un socio para un proyecto de outsourcing es un compañero de viaje que te debe ayudar a hacer una transformación interna, debes valorar unos niveles garantizados de calidad, rendimiento y valor frente al coste. 
Si sólo te basas en ahorro de costes te equivocarás y eso te puede obligar a dar marcha atrás. Véase: Telefónica y sus call center

La clave es tener muy claros los objetivos que quieres conseguir con la externalización y establecer qué servicios y cuál es el momento adecuado para recurrir al outsourcing.

Determinar qué actividades son susceptibles de externalizar y cuáles de ellas no son transcendentales para el éxito de tu negocio

Cuando los servicios que externalizas no forman parte de la actividad principal de tu empresa, no son tu especialidad, tu valor diferencial, lo que te distingue de la competencia y no corres el riesgo de que disminuya la calidad percibida por tu cliente, ¡adelante! apuesta por la subcontratación.

¡Zapatero a tus zapatos!

Concentra todos tus recursos y esfuerzos en las actividades medulares (core activities), en lo que sabes hacer, en el objeto y desarrollo de tu negocio y delega en otros especialistas las actividades que siendo necesarias para el funcionamiento de tu empresa no deben ser tu foco de atención.  

Querido empresario, querido amigo,

¡No subcontrates tu esencia! 


Esther de Paz

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lunes, 31 de agosto de 2015

Pensar… tu llave maestra / Capacidad de Gestión




capacidad de gestión, pensar



Septiembre, vuelta de vacaciones, se acabó el descanso, la desconexión, el relax y la ausencia de horarios y obligaciones.

Aquí estás de nuevo, reseteado y con toda la fuerza, energía y ánimo para afrontar con éxito este comienzo de curso.

Y digo comienzo de curso porque no sólo tienes ahí mismo la "vuelta al cole" sino porque tu año laboral comienza realmente ahora, en septiembre, el cuatrimestre que te espera es el más duro del año y el verdadero inicio de un nuevo "curso" profesional.

Te esperan presupuestos, planificación, consecución de objetivos de este ejercicio y planificación de los próximos, cierre de año, impuestos, reorganización, nuevos proyectos...

¿Te has parado unos minutos a pensar cómo te sientes? 
Pero a pensarlo de verdad, con objetividad, ¡nada de tópicos! del tipo: que aburrimiento, ufff otra vez a la oficina, vaya meses que me esperan, no me apetece, no voy a poder con ello...

Párate y piensa de verdad, con la cabeza y con el corazón y verás como tu perspectiva cambia. 
Te daré algunas claves para disipar tus dudas.

Has tomado unos días de descanso, necesarios e ineludibles, los has disfrutado y y has recargado tu energía, realmente te sientes fuerte, con ganas, eres un gran profesional, conoces tus capacidades y crees en ti mismo. Te esperan meses duros, de mucho trabajo y esfuerzo, miles de reuniones, negociaciones, problemas incidencias no previstas, etc., etc., etc., todo eso lo sabes, pero, si de verdad lo piensas, estás deseando empezar porque nada de eso te asusta, conoces tus capacidades, tienes un nuevo reto por delante y tu Capacidad de Gestión es el elemento clave de tu éxito.

Hablemos de ello

Poner en práctica y desarrollar nuestra capacidad de gestión es sencillo,  mucho más fácil de lo que creemos. El secreto, la clave, se reduce a una sola palabra "pensar".

¿Te sorprende esta simplificación?

Me explico.

A veces hacemos difícil lo sencillo, lo complicamos y además lo visualizamos como algo inalcanzable o sólo otorgado a unos pocos elegidos.

Es cierto que existen personas con capacidades innatas pero eso no significa que tú no puedas adquirirlas, desarrollarlas y potenciarlas.

Capacidad de Gestión ¿Qué es? ¿En qué consiste?

La capacidad de gestión es la habilidad de conseguir el Éxito en cualquier cosa que te propongas.

Es la seguridad de saber que eres capaz de analizar, definir, ordenar, unir, planificar, encauzar e implementar un TODO, ¡tu proyecto!

Es saber diseñar una cadena de montaje con un engranaje perfecto.

Utilizando una metáfora...
Ser el pincel que, en cada momento, sabe elegir y esbozar el óleo sobre el lienzo para crear una obra maestra.

En definitiva, es la capacidad de llegar hasta el final plenamente satisfecho de tu trabajo, de tus acciones, en cualquier ámbito, en cualquier situación.

Es saber que por complicado que sea, por más dificultades que surjan, por más obstáculos que concurran, por más elementos que intervengan, ¡lo lograrás!

Es preparar a nuestra mente para no procesar el “NO”, porque ante cualquier problema estamos preparados para gestionarlo.

La Capacidad de Gestión consiste en desarrollar la habilidad de visionar e interrelacionar todos los elementos del proyecto. Identificar cualquier punto que requiera atención y/o intervención de una forma ágil y confiable, proporcionando las herramientas y técnicas que permitan al Equipo su ejecución con la máxima eficacia y eficiencia.

Consiste en tener recursos en cualquier situación y tener la completa seguridad de que triunfarás.

¿Complicado? ¡En absoluto!

Sólo hay un secreto/clave “PENSAR”

Continuamos..

Elementos indispensables en la Gestión de éxito

  1. Capacidad de análisis (pensar)
  2. Escucha activa (pensar)
  3. Empatía (con el interlocutor) (pensar)
  4. Definir el objetivo, visualizarlo (pensar)
  5. Identificar las necesidades para su consecución (pensar)
  6. Identificar todos los elementos afectados (pensar)
  7. Valorar los medios con los que contamos (pensar)
  8. Planificación (Detallar las tareas a realizar) (pensar)
  9. Organización (ordenarlas por orden de prioridades) (pensar)
  10. Establecer una estrategia (procedimientos) (pensar)
  11. Dirigir /coordinar/supervisar/establecer métodos de control  en la ejecución e intervinientes de cada tarea) (pensar)
  12. Comunicación (Capacidad de interacción con todos los intervinientes) Del buen uso de las habilidades de comunicación depende el éxito de las relaciones y la capacidad de influir en los demás (pensar)
  13. Asertividad (pensar)
  14. Colaboración/Implicación (pensar)
  15. Confianza y seguridad (pensar)
  16. Evaluar los riesgos (económicos y operacionales)(pensar)
  17. Corregir de forma ágil y efectiva las posibles desviaciones (pensar)
  18. TOMAR DECISIONES (pensar)
  19. Implementar (pensar)

Un proyecto consta de múltiples elementos que es necesario interrelacionar para lograr su ejecución en tiempo, en plazo y con éxito (pensar).

La capacidad de gestión pasa por un buen análisis de los elementos necesarios para llegar al objetivo y una gran capacidad de reacción ante cualquier suceso, previsto o imprevisto (pensar).

La Gestión está presente en cualquier escenario

Gestión de un proyecto
Evento
Equipo
Día a día
Incidencias
Relaciones 

Y en todos ellos se requieren habilidades comunes:

Identificar el problema  (pensar)
Recabar información (pensar)
Analizar las causas (pensar)
Desarrollar soluciones novedosas (pensar)
Valorar soluciones alternativas (pensar)
Implantar la mejor solución (pensar)
Controlar su resultado (pensar)
Minimizar  riesgos (pensar)
Mantener un alto estándar de calidad (pensar)

¿Te das cuenta?

Pensar es el denominador común en todas y cada una de las fases de la gestión.

No se trata de memorizar los 19 elementos indispensables, y repasar por si se te ha olvidado alguno, cada vez que tengas que gestionar algo, no se trata de aprender de memoria una definición, un procedimiento, no se trata de tener la “chuleta” cerca y seguirla como un autómata. 
Se trata de entender y pensar.

Memorizar no es un buen método, la memoria no es infinita y falla, tiene lagunas, nuestro cerebro recuerda sólo aquello que realmente le ha impactado, aquello que ha hecho saltar alguna chispa en la neuronas.

“Las conexiones neuronales de la corteza son estimuladas por la información y se fortalecen y vinculan al contexto emocional en que se formaron”

Por tanto utiliza tu cabeza de forma inteligente, la memoria es finita e inestable, ¡tu capacidad de pensar no!

Se trata de entender lo que tienes delante, si lo entiendes, si piensas... el proceso lógico para determinar la gestión requerida aparece sólo, porque no tendrás que invocar a tu memoria sino a tu inteligencia.

De modo que…. Piensa, piensa, piensa, no te canses de pensar, de utilizar tu cabeza, de sacar la sustancia gris a hacer ejercicio, hazte preguntas, conexiona las partes, analiza lo que te “chirría” lo que no te cuadra, lo que no llegas a entender, y si no lo sabes, pregunta, no temas preguntar, buscar la información que necesitas para encajar el puzzle en tu cabeza, no te dejes piezas sueltas y si te falta alguna búscala. No pretendas aparentar seguridad si no la tienes, no tienes por qué saberlo todo, no tienes por qué entender todo, ¡no tienes que ser perfecto! Pero sí tienes que encontrar la solución e implementarla con éxito.

Trabaja en equipo, aprovecha y optimiza las capacidades de cada uno, enseña y aprende, se humilde, comparte lo que sabes, ayuda y colabora con el resto, no eres superman ni tienes que aparentarlo, pero lo que sí eres es inteligente y sabes cuándo, cómo y en qué momento debes actuar.

Utiliza tu inteligencia, si lo haces, si piensas…. el éxito te acompañará siempre.

Y lo más importante amigo mío, es que esto es aplicable a todos los ámbitos de la vida, a todos los cuatrimestres, a todas las dificultades, a todos los problemas, en tus caídas, en tus errores, en tus logros, con tus emociones.

En todas y cada una de las situaciones con las que te enfrentas cada día debes pensar.

Piensa, piensa, piensa, no me cansaré de recordártelo, utiliza tu cabeza, tu sentido común, no tires de método, el único método infalible que se debe grabar en tu memoria es “pensar”.

Dime, ¿crees que estás preparado, con ganas y deseoso de demostrar de lo que eres capaz?

¡Adelante! Yo no tengo la menor duda.


Esther de Paz


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