martes, 16 de agosto de 2016

Lecciones de vida...



vida




















Es curioso cómo la vida te pone a prueba, cómo te lanza el guante, directo a la cara y se queda impasible observándote retadora... a ver si lo recoges...

Sucede, que te “han soltado” en este mundo sin “manual”, a pecho descubierto, sin protecciones, sin sabiduría, sin experiencia, sin apenas darte una pequeña clase teórica de qué va esto, pero con un objetivo claro, sobrevivir y ser Feliz.

No hay tutoriales, no hay una fórmula mágica de comportamiento que sea universal y aplicable a todos los problemas que, en un chasquido de dedos, haga que todo se solucione y te evite la decepción, el sufrimiento, la tristeza, la ansiedad, la agonía, la confusión, la amargura, las lágrimas y por momentos… no “aniquile” tu energía y las ganas de vivir.

Resulta que te encuentras inmerso en una aventura donde no “comulgas” con tus compañeros de viaje, donde el argumento parece una quimera, dónde navegas a la deriva en medio de un océano caótico y embravecido sin sentido, evitando la zozobra equipado con el mínimo “kit” de supervivencia y sólo con eso tienes que ingeniártelas para llegar a buen puerto, sano, salvo y sonriente, como un auténtico triunfador. 
No hay marcha atrás ni bote salvavidas ni salida de emergencia  y, lo peor, no es un juego-virtual, ¡sino real!. Echas un vistazo a tu alrededor y te rebelas ¡este no es tu sitio!

¿Por qué?... Te preguntas, desorientado en medio de  la tormenta…

Y te respondes tú mismo.

Porque hay gente egoísta, egocéntrica, narcisista, con exceso de erudismo, que vive en una constante y triste creencia de posesión de la verdad.

Porque hay gente que odia, que disfruta con el mal ajeno y lo celebra.

Porque hay gente con rencor acumulado que desconoce cómo eso, se vuelve contra sí mismo día tras día.

Porque hay gente cobarde, disfrazada de galante y elegante caballero, pero sin el coraje de abordar con valentía y honestidad el más mínimo conflicto, ¿Qué podemos esperar ante un gran problema?

Porque hay gente orgullosa.

Porque hay gente arrogante.

Porque hay gente soberbia.

Porque hay gente que presume de honestidad y miente sin pudor.

Porque hay gente que carece de valores y camina por la vida presumiendo de practicarlos.

Porque  hay gente que no le importa hacer daño una y otra vez, simular una necesidad de perdón y arrepentimiento (según su conveniencia) y, satisfecho su objetivo, de nuevo herir sin que le tiemble el pulso.

Gente que se mofa de las emociones pero les ahogan por dentro.

Gente que presume de honestidad y está lejos de llegar ni siquiera a la “h”.

Gente que es incapaz de valorar su suerte y lo que recibe, porque está demasiado ocupada en mirarse el ombligo.

Gente que se paraliza antes de correr el más mínimo riesgo porque no sabe mantener el equilibrio cuando le tiemblas las piernas.

Gente interesada únicamente en su propio beneficio, a cualquier coste, no importa el precio.

Gente que está en esta aventura porque tiene que haber de todo y sabotea con su actitud construir un mundo perfecto.

Gente intransigente, intolerante, rígida, cuadriculada, egoísta, insensible, controladora y dictadora, incapaz de ser feliz.

Gente que no tiene reparos en jugar con los sentimientos ajenos  ocultando los suyos porque si vieran la luz… ¡sería un escándalo!

Gente que ve pasar la vida sin vivirla.

Gente que boicotea sin pudor a quien le tiende la mano sin condiciones.

Gente que elige atrincherarse en la oscuridad, pero no es consciente de que ya la lleva plasmada en el rostro.

Gente que absorbe tu energía dejándote exhausto.

Gente a la que tu brillo le molesta.

Gente que se perdona y justifica a sí mismo cada día para poder salir a la calle y no deshacerse de vergüenza.

Gente que defiende con la “boca pequeña” los derechos humanos, la injusticia, la igualdad social, la solidaridad…
Politólogos de pacotilla que cometen los mismos delitos que denuncian y condenan.

Gente que se erige en defensor a ultranza de los débiles y sin embargo no le tiembla el pulso cuando son sus intereses los que están en juego.

¡Gente que no es digna de respeto ni consideración!

Y te hacen daño… y vuelven a hacerlo…. Una y otra vez….

Gente que argumenta su actitud porque les han hecho daño…

¿A quién no le han hecho daño?, ¿a quién no le han partido el corazón?, ¿quién no ha tocado fondo después de alcanzar el éxito?, ¿quién no ha sufrido una pérdida?, ¿quién no ha llorado con amargura y sin consuelo?, ¿quién no ha sufrido una traición?, quién… tantas cosas y muchas peores…   
¡Creen que eso lo justifica todo!

Si has topado con uno de esos “tipos”, sé que te ha quedado una sensación de revuelto en el estómago, como cuando muerdes con ganas una manzana fresca, lozana, brillante, lustrosa… y con estupor, descubres en tu boca algo podrido y con gusano.

Sé que no es agradable como te sientes y que en algún momento puede que hasta te hayas llegado a "romper", pero tengo algo importante que decirte querid@ amig@, por si tu estado de shock te ha paralizado, es el momento de recurrir a uno de los utensilios más importantes de tu pequeño "kit" de supervivencia, un elemento imprescindible que debes utilizar siempre y en todo momento, ¡tu inteligencia!, racional y emocional.

La inteligencia es el mayor tesoro que posees, sólo debes utilizarla. 
A veces nos quedamos tan "Noqueados" que nos olvidamos de su poder.

La vida está hecha de circunstancias, oportunidades, retos, desafíos, pruebas duras de superación, momentos amargos, dolor, decepciones, incoherencias, pérdidas, tristeza, desengaños, errores de ejecución que sólo ves… con los años, y no por los años en sí, sino por la experiencia que éstos te inculcan.

Pues bien, recuerda siempre recurrir a ella, úsala y escúchala obviando el odio, el despecho, la violencia, la rabia, la sed de venganza… No son buenos consejeros, son dañinos, te impedirán ser feliz y conciliar cada noche plácidamente el sueño, tu dignidad y tu educación son mucho más importantes.

No malgastes ni un ápice de tu energía en esa “gente”, no pierdas ni un minuto en enfadarte, en preguntarte por qué, en intentar entenderlo porque no tiene explicación salvo un orgullo mal entendido y una sensibilidad secuestrada de por vida, amordazada y torturada para que nunca vea la luz.

Eso sí, deséales suerte, mucha suerte, tarde o temprano la necesitarán.

Sigue tu camino, créeme,  la vida, al final, pone a cada uno en su sitio, no tienes,  ni debes hacer nada, sólo esperar…. ella se encargará…

Tu aventura es un continuo aprendizaje, una sucesión de experiencias, una evolución continúa en la cual o te adaptas al medio y evolucionas con la especie o te extingues. Por tanto, pasa de largo y continúa tu camino, esa es tu evolución.

Adaptarse al medio y evolucionar es saber que esos “tipos” existen pero que no te van a derrotar ni a desequilibrar porque tú ya has aprendido:

A desgastarte sólo en lo importante
A valorar lo que tienes
A quererte
A mimarte
A regalarte tiempo, espacio y momentos
A estar contigo mismo como única compañía
A emocionarte con una puesta de sol o con la Luna llena
A llorar si lo necesitas
A permitirte fallar
A disfrutar de las pequeñas cosas
A sonreír en la adversidad
A ser antisocial si es preciso
A aplicar la intransigencia con las malas personas
A desechar de tu vida a quien no te aporte y no te valore
A no recorrer caminos que no llevan a ninguna parte
A elegir ser feliz antes que tener razón
A valorar a las personas por lo que son y lo que demuestran
A hacer oídos sordos a las falsas promesas
A no darle el más mínimo poder en tu vida a “esa” gente

Y sobre todo has aprendido a no tolerar a quien todavía confunde “bueno” con “tonto”.

Querid@ amig@, quédate siempre con los buenos momentos, no los olvides,  son parte de tu historia y te harán sonreír sus recuerdos.

Ahora…. cierra los ojos y abre tu mente, escucha, te habla tu inteligencia,  la oigo claramente...

Esta aventura, que es la vida, no es para débiles de espíritu, no es para cobardes, no tiene nada de fácil, pero ¡SÍ merece la pena! 
Por tanto, ¿vas a consentir que algo o alguien distorsione tu felicidad?, ¿tu camino?, ¿tu éxito? 
¡Ni de broma, amig@ mío!

Ignora, sonríe, continúa tu andadura y no mires atrás, tú estás muy por encima de todo eso. No tengas dudas sobre qué hacer, se feliz y conserva tu paz de espíritu, algo que “ellos” nunca alcanzaran.

No importa tropezar con alguna piedra durante el camino, de lo que se trata es de llegar en paz, sonriente y satisfecho, a la meta.


Recuerda:

Si eres débil tratarás de vengarte, si eres fuerte perdonarás, pero si eres inteligente sólo ignorarás.

¡Disfruta cada día de tu vida!




Como decía Gandhi:

“La fuerza no viene de la capacidad corporal, sino de la voluntad del alma”. 


Estoy satisfecha porque...  ya te veo sonreír.


Esther de Paz

Si te gusta mi blog, te invito a suscribirte y no perderte ninguna de nuestras apasionantes charlas.
¡Me encantaría contar con tu compañía en cada café! ¿Me acompañas?

(Desde tu dispositivo móvil podrás hacerlo si bajas hasta el final de la página y eliges "ver versión web") 

miércoles, 27 de abril de 2016

Tus besos…


#besos  #Tusbesos


Me siento frente al lago
Y… pienso en ti

En aquella tarde de primavera
De luz y sol
Color y vida
De risas
De paseos abrazados
De caricias de sol en la piel
De sensaciones
De miradas cómplices
De deseo
De pasión
De humedades ocultas
De besos sentidos que erizan la piel
De emociones fuera de control
De sueños
De propósitos
De conversaciones
De pensamientos
De fortuna y orgullo de tenerte a mi lado
De felicidad
De paz

Pero también de desasosiego
De incertidumbres
De encuentros y desencuentros 
De sentimientos ocultos y
Enterrados aún con vida
De dudas
De miedos
De preguntas
De presentimientos que duelen
De sentimientos que invaden
De inseguridades no controladas
De decisiones no deseadas
Cuando el miedo es poderoso y se impone
Y el orgullo emerge e impide avanzar
Encontrarse
Fluir
Ser y sentir…

 Únicos responsables
De una felicidad mutilada sin sentido.

Contemplo el reflejo del sol en el agua
Y...
Sólo pienso en ti

Porque
¿Sabes?...
Extraño tus besos
Necesito tenerte
Cierro los ojos y me estremezco 
Sintiendo Tus labios 
Recorriendo... cada rincón de los míos…
No voy a abrirlos, lo sé
Para así, 
Permanecer pegada a ti eternamente…
Inspirado en el #DíaInternacionalDelBeso, porque un mundo sin besos, sin caricias, sin ternura y sin amor, es un mundo sin sentido.

Esther de Paz

Si te gusta mi blog, te invito a suscribirte y no perderte ninguna de nuestras apasionantes charlas.
¡Me encantaría contar con tu compañía en cada café! ¿Me acompañas?
(Desde tu dispositivo móvil podrás hacerlo si bajas hasta el final de la página y eliges "ver versión web") 

martes, 12 de abril de 2016

Hoy, no me rindo





Un día, imprevisiblemente, algo ocurre en tu vida que te catapulta a las nubes para, una vez posicionado allí, feliz, sonriente y confiado... sentir un fuerte empujón por la espalda que te arroja al vacío sin red, ni paracaídas.

A veces la vida te sorprende y te hace creer que tus sueños se cumplen…  Sin embargo, 5 minutos después te das cuenta de que sólo te ha gastado una broma pesada.

La vida tiene un sentido del humor extraño a veces, duro y despiadado que nos noquea dejándonos sin sentido y sin aliento….

Nos ha ocurrido a todos y no sólo una sino varias veces, incluso más de las necesarias o de las que creemos que podemos soportar. 

En contraposición, también te revela una fuerza y un valor que desconocías en ti mismo hasta ese momento. Forma parte del juego, es un proceso continuo de crecimiento, superación, valentía, aprendizaje y supervivencia.

La selección natural de la especie, sólo sobreviven los más fuertes y tú no has decidido quedarte por el camino.

Y te das cuenta de que, aún en el suelo, sin terminar de acusar el golpe, con el dolor aprehendido en tus entrañas eres capaz de incorporarte, sacudirte con dignidad la solapa, echarle un par y seguir adelante, con firmeza, entero y decidido al encuentro de tus sueños… Porque sabes que están, los mereces y te esperan al final de ese recorrido, tortuoso a veces, lleno de baches, trampas y bromas pesadas, pero que es ineludible recorrer para abrazarlos...

Por otra parte, no debes permitir que nadie confunda en ti “bueno” con "tonto", nadie debe menospreciar tu valor, nadie debe hacerte sentir pequeño porque eres grande, conoces tus fortalezas y sabes ponerlas en valor, también conoces tus defectos y los aceptas porque ningún ser humano raya la perfección ni deberías pretenderlo.



Recientemente, entre los contenidos de Ismael Dorado (@ismaeldoradoPS)  gran profesional al que admiro y sigo de forma habitual,  me encontré este artículo de El País: “Por qué los sabios viven más”,  del cual, al igual que Ismael,  me quedé especialmente con una frase:


“Hoy no me rindo, 
quizás mañana o pasado, pero hoy no”


No, amigo, no te rindes, porque no lo has hecho nunca ni lo harás, hoy no.

Sabes lo que quieres y sabes aún mejor lo que no quieres.

Esa gran parte de tu vida transcurrida ya… te ha proporcionado toda esa sabiduría y serenidad de la madurez, esa que hace que te detengas, con calma, a pensar en lo que te preocupa y te quita el sueño, esa que te ha enseñado a utilizar tu mente racional para desmembrar el problema, analizarlo, identificarlo, y sopesar las soluciones pero siempre de la mano, escuchando y mirando con el corazón.

Corazón  y razón deben estar en sintonía, alineados, juntos, cómplices y en perfecta armonía formando una barrera infranqueable que los miedos, por más que acechen y quieran no lograrán traspasar.

Recuerda que los miedos son cobardes cuando vislumbran valentía en tus ojos.

Corazón y razón serenos, juntos y seguros de que no van a consentir que nada ni nadie obstruya tu camino hacia la felicidad.

Después de tantos pasajes recorridos, tanto aprendizaje a fuerza de golpes, tantas cicatrices, algunas aún sin cerrar… la vida que te quede a partir de ahora, poca o mucha, (nunca se sabe) es tu premio, tu regalo, tu obsequio, tu trofeo. Haz de ello el mejor broche de oro para que cuando llegue el final... sólo puedas sonreír mirando atrás… 

Porque hoy no te has rendido, quizás mañana o pasado, pero ¡Hoy no!


Esther de Paz


Si te gusta mi blog, te invito a suscribirte y no perderte ninguna de nuestras apasionantes charlas.
¡Me encantaría contar con tu compañía en cada café! ¿Me acompañas?
(Desde tu dispositivo móvil podrás hacerlo si bajas hasta el final de la página y eliges "ver versión web") 

martes, 8 de marzo de 2016

Cuando decides quererte






Querido amigo, ¿notas el aroma del café? Es especial, porque en nuestra charla de hoy quiero que hablemos de algo también muy especial...

Quererse a uno mismo

Estoy segura de que estás más que agobiado de oír:
“tienes que quererte” 
“quiérete” 
“si tú no lo haces nadie lo hará por ti”

Y a ti eso te suena a chino, ¿quererme? ¿Cómo se hace eso? Todo el mundo te lo dice pero nadie lo explica, ni siquiera Google tiene la respuesta.

La vida nos pone a prueba cada día, de esto ya hemos hablado en numerosas ocasiones, y estas pruebas no suelen ser fáciles ni sencillas, sino que van minando nuestra energía y asesinando nuestra ilusión. Son cargas, retos, desafíos, batallas que nos toca vivir y no podemos eludirlas, vivimos en una vorágine que nos arrastra, que nos empuja, que no nos da un respiro para parar a tomar aire y reponer fuerzas, el mundo no se para cuando nosotros necesitamos que lo haga, esto es así de real y así de duro.

Las obligaciones crecen como setas en el bosque y nos desbordan, pero no podemos dejar de atenderlas, tenemos que estar en todo y a todo porque si no nuestro mundo se desmoronaría como un castillo de naipes.
Nosotros somos esa base firme que sujeta nuestro mundo, le permite crecer y ser espectacular.

Pero…. ¿Cuántas veces has deseado salir corriendo?, ¿Cuántas veces has sentido que ese peso te está aplastando?, ¿Cuántas veces has querido rendirte?, ¿Cuántas veces tu tristeza es tan profunda que no ves luz al final del camino y sólo te planteas abandonar?

Por otra parte, cada día te llegan mensajes de que los sueños están ahí, que hay que perseguirlos, que sólo depende de ti el alcanzarlos, que debes soñar en GRANDE, que sólo si sueñas lo imposible serás capaz de conseguirlo… y así día tras día cuando tu agotamiento está ya al límite y sientes que ya no quieres ni soñar porque no te quedan fuerzas….

Ese agujero en el que te has hundido es tan profundo, que eres incapaz de ni siquiera intentar salir de él porque se ha convertido en una misión imposible.

Sabes que estás sólo, agotado, exhausto, te has pasado la vida  intentando demostrar lo fuerte que eres, te has exigido la perfección y te has desgastado en pensar, en ayudar, en querer, en apoyar, en dar, en valorar y empatizar  con todos menos contigo mismo.

Y…. la vida…. Que no es como a ti te gustaría que fuera, te pasa una factura para la que ya no tienes ni un centavo para poder pagar.

Durante todo este camino recorrido no has pensado en ti en ningún momento, o mejor dicho, sí lo has hecho pero para “machacarte” para acusarte de no poder abarcar más, de que te fallen las fuerzas, de no ser perfecto. No has parado de culpabilizarte, de juzgarte uno y otro día incriminándote como fiscal despiadado que te sienta el banquillo de los acusados y te señala con el dedo amenazador e implacable.

Entre tanto, escuchas por todas partes eso de que "no te quieres", que "tienes que quererte" y te preguntas… ¿cómo se hace eso?

Y entre tanta confusión y agotamiento pones todas tus expectativas en los demás,  esperas que te arropen, que te comprendan, que te echen  una mano para salir de ese socavón cada día más oscuro, más profundo. Esperas comprensión, cariño, apoyo, ayuda… pero no se te ocurre mirar con amor dentro de ti.

¿Qué como se hace eso de quererse a uno mismo?

Te lo explicaré

Quererse a uno mismo significa tomar la decisión de que tú eres lo más importante para ti.

Significa saber que el verdadero baluarte de tu vida eres tú, los demás están para complementarte pero la base eres tú, nadie más, y a partir de ahí es como se construye.

Quererse es levantarse una mañana y tomar la firme decisión de que a partir de ahora no le cederás a nadie las riendas de tu vida, tú eres el capitán y tú marcarás el rumbo.

Quererse es aceptar que el mundo no es perfecto y tú menos que nadie.

Quererse es saber, que aun cuando las cosas no van bien, la marea trae algo nuevo cada día y te sorprende.

Quererse es valorarte a ti mismo sin depender de que nadie lo haga, porque tú conoces perfectamente tus fortalezas, y ya nunca más vas a dejar que ellas dependan de la opinión de los demás.

Quererse es aceptarte y estar orgulloso de ti mismo.

Quererse es poner límites y saber decir NO.

Quererse es decidir que si alguien no te quiere tú no eres menos por ello, ni te vas a dejar hundir porque tú vales mucho más que eso.

Quererse es ser natural, mostrarte como eres, sin miedo a no gustar a todo el mundo, porque tú eres así y así es como deben aceptarte, al completo, sin peros, sin dudas, sin fisuras, porque sabes que en tu balanza personal pesa mucho más lo bueno que lo malo, porque tus virtudes superan a tus defectos, porque eres humano e imperfecto y porque también así es como sabes querer tú.

Quererse es controlar tu mente, desoír los malos pensamientos, no entrar en bucle, meditar para tener ese control, ser consciente del momento presente, sentirlo y vivirlo, no estar en el pasado ni en el futuro, sino en el AHORA, en cada momento, tú tienes que controlar tu mente, ella no puede tener ese control, ya conoces los resultados.

Quererse es poner el poder en ti mismo y quitárselo a los demás a quién se lo habías otorgado hasta ahora.

Quererse es felicitarte por todo lo bueno que has hecho y ser magnánimo con lo menos bueno, con tus defectos, con tus fallos, con tus errores, reconocerlos e intentar mejorar, aprender de ellos pero sin destruirte a ti mismo por no ser Superman o Superwoman.

Quererse es ser selectivo y quedarte con lo que realmente suma en tu vida, si algo resta…. fuera sin la más mínima duda, no te conviene, no hay sitio para ello, deja espacio para lo que te aporta, te hace crecer, te hace feliz y alimenta tu alma.

Quererse es mimarte, guardar tiempo para ti, disfrutarlo, concederte permisos, premiarte, mirarte al espejo y sentir que lo que ves es muy grande aún en los peores momentos cuando te fallan las fuerzas.

Pero ¡cuidado! amigo mío, no te confundas, quererse no es volverse egoísta y mirarse el ombligo pasando por encima de cualquier cosa a cualquier precio.

Parte de tu grandeza reside precisamente en tu bondad, tu empatía, tu resiliencia, tu capacidad de apoyo cuando te necesitan, tu energía para contagiarla, tu ilusión y tu generosidad.

Nunca pierdas eso, pero tampoco nunca dejes de quererte, porque cuando te quieres, cuando decides hacerlo, de repente todo cambia y aunque el sol no brille radiante en el cielo cada día,  sí lo hace en tu corazón.

Si te quieres, si por fin decides quererte… de repente, sin saber cómo, el mundo se transforma, la sonrisa ilumina tu rostro y tu vida irradia color e ilusión.

Quererse es simplemente ser consciente de tu fortaleza, de quien eres, de lo que vales, de tus fallos, de tu imperfección, de tus errores, valorarte y perdonarte y sobre todo ser consciente de que el poder lo tienes tú.


Esther de Paz


Si te gusta mi blog, te invito a suscribirte y no perderte ninguna de nuestras apasionantes charlas.
¡Me encantaría contar con tu compañía en cada café! ¿Me acompañas?

(Desde tu dispositivo móvil podrás hacerlo si bajas hasta el final de la página y eliges "ver versión web")
¡Gracias por estar aquí!

jueves, 25 de febrero de 2016

Quiero hacerte partícipe








¡Hola!


Este año he inscrito  GESTIONA TU EXITO   en los Premios 20Blogs

Estamos en periodo de votación  (hasta el 2 de marzo) y me gustaría contar con tu participación.

Si te gusta GESTIONA TU ÉXITO, y quieres darle tu voto, puedes hacerlo en el siguiente enlace:



Para ello es requisito indispensable que estés registrado en “20 minutos”



Recuerda:

Sólo si te gusta y crees el voto es merecido


Con tu voto o sin él ¡Muchas gracias!


Es un placer escribir y saber que me lees.



¡Feliz semana!




Esther de Paz


Si te gusta mi blog, te invito a suscribirte y no perderte ninguna de nuestras apasionantes charlas.
¡Me encantaría contar con tu compañía en cada café! ¿Me acompañas?
(Desde tu dispositivo móvil podrás hacerlo si bajas hasta el final de la página y eliges "ver versión web")
¡Gracias por estar aquí!

lunes, 15 de febrero de 2016

Necesito tu comprensión, no tus consejos…






Llevamos ya unos cuantos años sufriendo una crisis que a todos, en mayor o menor medida, nos ha impactado de lleno en nuestra zona de confort.

Es cierto que con algunas personas ha sido mucho más cruel que con otras, como también es cierto que, por desgracia, hoy y siempre, hay y ha habido gente que sufre más que nosotros, que vive en condiciones extremas, que pasa hambre, que vive los horrores de la guerra, que soporta abusos terribles que se quedan impunes y justificados en una cultura basada en principios que violan todos los derechos humanos, argumentados por una religión mal entendida, por unos derechos adquiridos carentes del menor sentido común, sólo por haber nacido hombre, en lugar de mujer en una sociedad machista y fuera de toda lógica.  
        
Es cierto que la injusticia existe en el mundo y a unos niveles desorbitados, es cierto que los abusos de poder basados en los intereses económicos están a la vuelta de la esquina en numerosos sectores, es cierto que vemos todos los días muy cerca personas en situaciones mucho peores que las nuestras...

Es cierto que la vida no es justa, fácil, ni perfecta.

Sí, todo eso es cierto, injusto y terrible, pero lo que también es cierto es que cada uno de nosotros tenemos una vida, la nuestra, con nuestras circunstancias, nuestros propios problemas, nuestras heridas, nuestras propias guerras en las que no nos queda más remedio que luchar cada día.

Guerras en las que nos hieren, guerras que se nos van de las manos,  guerras para las que no tenemos armas, guerras para las que no hay manual sino que lo vamos escribiendo día a día con la sangre de cada herida, de cada derrota, de cada paso adelante conseguido a base de prueba y error, guerras que nos agotan hasta la extenuación, guerras que nos dejan sin aliento, guerras que no queremos luchar, guerras que no buscamos, guerras en las que, por momentos, morimos aún con los ojos abiertos...

Y  llega un día en que ya no podemos más y sentimos que preferimos morir en el campo de batalla a seguir luchando…

Desgraciadamente hay mucha, demasiada gente así muy cerca de nosotros.

Es fácil juzgar desde fuera cualquier situación, es fácil criticar y denostar a personas que están pasando una realidad de profunda tristeza, desconsuelo y desolación.
Es muy fácil decir, “sin estar en sus zapatos”, no tienes derecho a quejarte, no puedes estar así, tienes que valorar todo lo que tienes y ser feliz.

A veces, no es cuestión de no valorar lo que se tiene, no es cuestión de no querer ser feliz, la cuestión está en que todos tenemos un límite, nuestra capacidad no es infinita, ni siempre está al máximo potencial. 

Cada batalla nos debilita, cada herida deja una marca, cada intento de éxito sin resultados va minando nuestra energía y todo pasa factura hasta que las reservas se agotan y sientes que ya no puedes más y no quieres seguir...


¿Sabes?, no hace mucho leía: Depresión nombre de mi vida”, un post de Ismael Doradogran profesional de la psicología, de quien aprendo con cada uno de sus escritos. Y de éste subrayo especialmente esta reflexión:

Que solidarios somos a veces con las personas que sufren en lejanos países y que distantes con los que sufren a pocos suspiros de nosotros. Muchas veces no hay que hacer nada más que escuchar, agarrar su mano y dejarles sentir que no están solos.”

Cuan profundas y ciertas son esas palabras…

Cuando alguien se encuentra extenuado, sin fuerzas, sin ánimo, sin ilusión, cuando la tristeza se ha apoderado de su corazón, cuando ya no puede más y no encuentra consuelo…. Cuando lucha por salir de ahí pero el avance es tan lento que agota….Cuando para alguien la vida deja de tener sentido…. 

Quizás lo único que necesita es un poco de comprensión y un abrazo que no vislumbra por ningún sitio.

No tenemos derecho a juzgar, a atosigar recordando que no tiene porqué estar así y después salir corriendo por si nos “salpica”.

Te aseguro querido amigo que a nadie le gusta, ni elige por voluntad propia perder la alegría de vivir, así que, por favor, remángate los pantalones y baja hasta el barro, déjate de tópicos, frases hechas y manidos consejos, sólo haz saber tu presencia como roca sólida y fuerte donde apoyarse, y sé ese remanso de vida dónde esa persona pueda descansar, se sienta arropada, comprendida y poco a poco pueda recuperar su fuerza y volver a sonreír.

Sólo dale la mano, camina a su lado y hazle saber que no está sola.

Si de verdad te preocupa la injusticia y la solidaridad en el mundo, comienza por cambiar lo que está en tu mano, quizás algún día también  necesites que te abracen, te comprendan y te acompañen.


 Esther de Paz
  

Si te gusta mi blog, te invito a suscribirte y no perderte ninguna de nuestras apasionantes charlas.
¡Me encantaría contar con tu compañía en cada café! ¿Me acompañas?
(Desde tu dispositivo móvil podrás hacerlo si bajas hasta el final de la página y eliges "ver versión web")
¡Gracias por estar aquí!

lunes, 1 de febrero de 2016

Bailando con la vida…



























La vida no es fácil, todos lo sabemos, te pone a prueba constantemente, te reta, te mide, te desafía, te golpea, te desconcierta, te lleva hasta el límite y allí te deja observando a ver lo que haces….

No es sencillo seguir su ritmo sin perder el compás, baila contigo como un maestro y cuando te confías te da un pisotón, un toque de atención por si has olvidado que bailar con ella es un reto de superación diario. 

Cada día te enseña un nuevo paso, una nueva vuelta, un nuevo tirabuzón en el que a veces te enredas…, en ocasiones te lleva de la mano y la danza fluye sola, como si hubieras nacido bailando. Otras te suelta y el baile continúa únicamente contigo. No se para, sino que la música se acelera exigiendo tu máximo potencial para mantenerte en pie sin dar un traspiés, aguantando el tipo aún a ritmo de acordes que jamás oyeron tus tímpanos. Y ahí estás, sólo en la pista de baile, el teatro lleno de espectadores que dependen de tu destreza para seguir el ritmo sin fallar ni desfallecer, tú lo sabes y no te permites dejar de bailar y como lo haces bien y no abandonas todavía te exigen más y más y cada vez más. Y el tiempo corre sin descanso, ese que estás pidiendo a gritos, pero no puedes parar porque el espectáculo se vendría abajo.

Los espectadores ya se han acostumbrado y dependen de ti, las fuerzas comienzan a fallarte, lanzas señales invitándoles a bailar contigo, eso te daría un respiro, pero nadie sube al escenario, es más fácil patalear o aplaudir siendo un espectador, no requiere esfuerzo, no supone responsabilidad ni desgaste, "otro" hace el trabajo.

Esas personas únicamente quieren que seas su apoyo, que el trabajo duro sea "otro" el que lo haga, que abras camino por ellos mientras son espectadores pasivos.

Abrir sendero en una selva supone fuerza, sudor, heridas, agotamiento, si lo hace un ajeno es más sencillo, así, cuando se llega la autopista está lista para circular, hasta se puede utilizar un vehículo sin ni siquiera hacer el esfuerzo de caminar…

Y así, un día tras otro, tus fuerzas se agotan, te sientes sólo, la música comienza a ser una tortura y tus pies poco a poco pierden el compás….

No entiendes porqué nadie ve que tú no eres perfecto, que también necesitas apoyos, compañeros de baile que te den la mano, que te tarareen la música cuando no te sabes la letra, que te la escriban incluso, en esas estrofas que desconoces y te desorientan, que, aunque eres fuerte, tus fuerzas no son inagotables porque eres humano, vulnerable e imperfecto.

La vida es un trabajo en equipo y hasta el líder más brillante necesita a su gente para triunfar.

Ser fuerte, ser valiente, atrevido, proactivo, generoso, luchador, hace que parezcas inagotable, el bailarín al que la naturaleza le ha regalado un “don” especial para improvisar en cualquier escenario y con cualquier melodía la danza perfecta, enseñando en cada paso de baile a su público cómo se debe bailar.

Querido amigo, no sé tú, pero yo en ocasiones me siento así y siento que me fallan las piernas… que se me ha acabado la capacidad de improvisar, la fuerza para seguir tirando de todo, la ilusión por ensayar piezas nuevas, por salir al escenario y bailar aún cuando ello ha sido siempre mi mayor motor.

No obstante pienso que si he puesto el corazón en todo lo que he hecho, si he sido fiel a mis principios y mis valores, si he dado todo por lo que creo y lo que quiero, si, a pesar de no tener un maestro en la mayoría de las ocasiones ni un tutorial para consultar, me he atrevido a entrar en la selva machete en mano y abrir camino dónde sólo había espesor, si mi esfuerzo y mi tesón han dado resultados, si he aprendido de mis errores, si mis puntos débiles hoy son un poquito más fuertes, si mis capacidades han servido para ayudar a alguien y hacerle sentir mejor, nada ha sido en vano, aún cuando el estado de agotamiento se empeña, con saña, en intentar convencerme de lo contrario…

Te decía que no es sencillo seguir el ritmo de la vida sin perder el compás, bailar con ella como un maestro y aguantar el pisotón cuando te confías, recordatorio de que bailar es un reto diario de superación.

No obstante también, he aprendido que debes poner un enorme cartel en la puerta de tu vida que diga:

“Reservado el derecho de admisión”

No bailes para cualquiera, no te desgastes en caminos que no llevan a ninguna parte, selecciona tus compañeros de viaje y no olvides que cada día es una nueva oportunidad de ejecutar un nuevo paso de baile pero no permitas que cualquiera tenga el privilegio de verte bailar.

Se selectivo con los espectadores, elige a aquel que esté dispuesto a ser de tu equipo sin restricciones, a aquel que te de sustento cuando te fallan las fuerzas, a aquel que te comprenda y te admire porque no eres perfecto, a aquel que se atreva a sujetar tu mano y compartir el peso del machete para abrir camino contigo, a aquel que te admire por tu fuerza pero que te insufle energía cuando no puedas más, a aquel que te quiera tal y como eres, fuerte, pero imperfecto, vulnerable y humano.

No te exijas, ni permitas que nadie lo haga si no está dispuesto a bailar contigo y tropezar.

No dejes nunca de bailar. Confía en ti mismo y jamás tires la toalla. La vida te pone a prueba, es cierto, pero detrás de esas pruebas, están tus sueños,  existen y te están esperando.

Recuerda que tus fuerzas flaquearán hasta el límite y anhelarás el momento de cerrar el telón. Pero será sólo por unos instantes, los justos para que entres en bastidores yen el siguiente acto, reaparezcas triunfante con tu mejor traje de baile.

¡Baila con la vida! 

Porque la vida te sorprende y cuando piensas que ya nada tiene sentido... 
de repente, todo comienza a tenerlo de nuevo...



Esther de Paz


Si te gusta mi blog, te invito a suscribirte y no perderte ninguna de nuestras apasionantes charlas.
¡Me encantaría contar con tu compañía en cada café! ¿Me acompañas?
(Desde tu dispositivo móvil podrás hacerlo si bajas hasta el final de la página y eliges "ver versión web")
¡Gracias por estar aquí!